En la Rivière-du-Loup, pequeña ciudad en la que Juan se detuvo en la mañana del 17 de Septiembre, el Champlain recibió la visita de los agentes encargados de la vigilancia especial del río; pero nada sucedió, porque hacía algunos años ya que figuraba Juan en el rol de la balandra como uno de los hijos de Tomás Harcher, y jamás hubiera sospechado la policía que, debajo del traje de pescador acadiense, se ocultaba el proscrito cuya cabeza valía ahora seis mil piastras para cualquiera que la entregase.