Anguita, 29 [de Octubre]. – Aquí paso la noche, y en la soledad de mi alojamiento angosto y frío, me dedico a escribir lo que me dejé en los tinteros de Molina. Y ahora que estoy, por la gracia de Dios, a nueve leguas largas de los Ximénez de Corduente, y no pueden refitolear lo que escribo, voy a vengarme de los hartazgos con que me pusieron al borde de la apoplejía, y en la libertad de mis Confidencias declaro y afirmo que no hay mayores brutos en toda la redondez de la Alcarria, si alcarreña es la tierra de Molina.