Hasta el jueves, día 3 de Diciembre, después de mediodía, no llegó á Plassans la noticia oficial del golpe de Estado. Á las siete de la tarde todos los partidarios estaban reunidos en el salón amarillo. Aunque esperaban ansiosos la crisis, cierta vaga inquietud se reflejaba en sus semblantes. Se charló mucho, comentando los acontecimientos, y Pedro, un poco pálido como los demás, creyó deber excusar, por un lujo de prudencia, el acto decisivo del príncipe Luis, á los ojos de los legitimistas y orleanistas que estaban presentes.