(De un señor de la Marina al yerno de don César.)
25 de noviembre…
«El muy americano de mi sobrino ha comprado no sé cuántas leguas de pradería en la Patagonia para ensanchar sus negocios, que comienzan a florecer. Me escribe que está contentísimo no sólo por su prosperidad, sino porque imagina el coraje que ha de roerte cuando tú lo sepas. Como ves, las alegrías americanas se parecen a las nuestras.
En mi próxima te contaré algunos lances curiosos del arribo de vuestro paisano a Montevideo, que al cabo llegó, y del cual asegura mi sobrino que se morirá de hambre o será un hombre extraordinario».