Todo esto acontecía en una hermosa mañana del mes de junio, bastantes años… muchos años hace, en una casa de la calle de la Mar, de Santander; de aquel Santander sin escolleras ni ensanches; sin ferrocarriles ni tranvías urbanos; sin la plaza de Velarde y sin vidrieras en los claustros de la catedral; sin hoteles en el Sardinero y sin ferias ni barracones en la Alameda segunda; en el Santander con dársena y con pataches hasta la Pescadería; (…) el de los Mártires en la Puntida, y de la calle de Tumbatres; el de las gigantillas el día 3 de noviembre, aniversario de la batalla de Vargas, con luminarias y fuegos artificiales por la noche, (…)