Era la mejor estación para la caza. Los perros de Rostov, que era un cazador novel, ardiente, no solamente estaban ya suficientemente flacos para la caza, sino que se encontraban en tal estado, que por consejo de los cazadores fue decidido dar tres días de reposo a los perros y ponerse en camino el 16 de septiembre, comenzando por el tasque donde había sido vista la manada de lobos. Así estaban las cosas el 14 de septiembre.