–(…) ¿Me lo jurais, duque de Saboya?
Extendiendo Manuel la mano hácia Enrique, respondió:
–Por ese leal corazon que á mi lealtad apela, lo juro.
Enrique respiró.
–Gracias, dijo.
Y habiéndolas dado mentalmente al cielo, preguntó:
–¿Qué dia se cumplirán las ceremonias de vuestra union?
–El 9 de julio, señor.
–Pues bien, juradme asimismo que, yo muerto ó vivo, cerca de mi lecho ó sobre mi sepulcro, se celebrará vuestro enlace el 9 de julio.