Oyarzun, que está enterado de todo, yo no sé de dónde saca el tiempo, me ha dicho que lo de la oficina era lo de menos, que había testigos que vieron a José María en el mitin de Azaña en la Plaza de Toros y en abril del 31 dar vivas a la República, agitando la bandera tricolor como un loco, Mario, que eso es todavía peor. Las cosas de la vida, como yo digo, que en casa el 14 de abril, como un funeral, que a papá sólo le faltó llorar y todavía no estoy muy segura de que no lo hiciera, todo el día de acá para allá, de la butaca al despacho, del despacho a la butaca, como alelado.