–Ahora tienes que decirme–terminó,–¿cuántos días faltan para los treinta días?
Ramón, que la escuchara pensativo, rió como un loco a esta pregunta, respondiendo:
–Para los treinta días faltan… ¡treinta días!
Lita se impacientó:
–¡Tonto! Pregunto en qué día de qué mes se cumplirán los treinta días… ¡Parece increíble que un grandulón que multiplica por mil números en su pizarra no sepa sacar esta cuenta!
–Sí sé, sí sé–repuso Ramón vivamente.–Hoy estamos a cinco de junio… junio debe tener treinta días… Será entonces el cinco de julio…
–¿El cinco de julio estaré sana?
–Si Dios quiere…
–Pues apunta la fecha para no olvidarla…