El 1 de febrero de 1830, nacieron dos varoncitos en la casa; uno, hijo suyo, y el otro de una de sus esclavas, llamada Roxana. Roxana tenía veinte años. Aquel mismo día se levantó de la cama, con mucho trabajo, porque cuidaba de los dos bebés. La señora Percy Driscoll murió aquella misma semana. Roxy quedó al cuidado de los niños. Los cuidaba a su modo, porque el señor Driscoll no tardó en absorberse en sus especulaciones, dejándole que hiciera lo que quisiera.