28 de Marzo. – Leído lo último que escribí, me han dado intenciones de borrarlo, pues si los conceptos de Eufrasia me resultan hermosos y sinceros, como producto inmediato de la realidad, los míos se me antojan artificiosos y de poco fuste, pues todo aquello de la divinidad, del ideal y del altarito pertenece al manoseado repertorio de los amantes que por primera vez en su vida abordan tan grave cuestión.