Este mismo despacho habian enviado á Don Alvar Perez de Castro, que estaba en Martos, y á Don Ordoño Álvarez, caballeros principales de Castilla, de mucho poder y fuerzas, y otras muchas personas, que les diesen su favor y ayuda. Cada uno de los que lo supiéron acudió al momento, y el rey se puso luego en el camino sin dilatarlo, no obstante que le diéron la nueva en veinte y ocho de enero, y el tiempo era muy trabajoso de nieves y frios. Nada se lo impidió, que partió al socorro, dejando dada orden que sus vasallos partiesen en su seguimiento, porque no llegáron á cien caballeros los que con él saliéron.