MENDO:
¡Trece de Mayo ya!… ¡Quién lo diría!
Llevo en esta prisión un mes y un día,
sin por nadie saber lo que acontece…
(Estremeciéndose.)
¡Y hoy es martes, gran Dios!… ¡Martes y trece!…
¿Por qué el terror invade el alma mía?
¿Por qué me inspira un miedo extraordinario
esa cifra, ¡ay de mí!, del calendario?
(Como loco.)
¡Ah, no, cifra fatal!… No humillaréis
el valor de don Mendo; no podréis;
todos iguales para mí seréis…
¡Trece, catorce, quince y diez y seis!