El día 3 de septiembre, a las diez de la noche, la llegada de un gendarme que entró en la calle Mayor de Verrières a todo galope de su caballo, despertó a la población entera. Era martes, y traía la noticia de que Su Majestad el rey de … llegaría a la ciudad el domingo siguiente. El prefecto autorizaba, es decir, exigía la formación de la guardia de honor, pues convenía desplegar toda la pompa posible.