(De un señor de la Marina al yerno de don César.)
2 de octubre…
«Escribí a mi sobrino de Montevideo haciendo la recomendación de ese señor Fernández, de Serosca; y puse en mi carta más interés del que vi en la tuya; es verdad que tú recomendabas tan sólo a un paisano… y para mí era un desconocido que me pareció hasta pintoresco.
Bueno; ese señor Fernández no llegó en el barco que tú me anunciabas; y dice mi sobrino que si algún día llega, aunque lo duda siendo de Serosca, y se le disipan esos humos de inventor, acaso le busque sitio acomodado en sus peleterías.»